sábado, 25 de septiembre de 2021

 Edades del hombre 2021 (I)

Esta vigésima quinta edición de la muestra se desarrolla en tres provincias y cinco sedes expositivas, ejemplos de la arquitectura románica, mudéjar y gótica: la Catedral de Burgos; las iglesias de Santiago y Santa María del Camino, en Carrión de los Condes y el santuario de la Peregrina y la iglesia de San Tirso, en Sahagún.

En Burgos se aborda el origen y sentido de las catedrales, muchas bajo la advocación de la Virgen María, como la de Santa María, que celebra el VIII centenario de la colocación de la primera piedra. La imagen de la exposición es la Coronación de la Virgen, del convento salmantino de Las Úrsulas, s. XVI, vidriera que se refiere a la luz de las catedrales góticas.

 

En Carrión de los Condes, las iglesias de Santa María del Camino (Anunciación) y Santiago (Virgen y Madre) son las dos sedes que albergan “LUX”, en tres capítulos y con medio centenar de obras maestras, entre ellas de Pedro Berruguete, su hijo Alonso Berruguete, Diego de Siloé, Felipe Vigarny, Gregorio Fernández, etc. En Sahagún, la exposición se desarrolla en dos templos iconos del arte mudéjar, el Santuario de la Virgen Peregrina (Infancia de Jesús) y la iglesia de San Tirso (Mater regina), con otras 50 obras agrupadas en dos capítulos.

Estas exposiciones, con la idea ya agotada, son muy repetitivas, y, aunque cambie el lema de cada año, las obras son siempre las mismas, unas cogidas por los pelos y otras sin tener nada que ver. No obstante, lo expuesto siempre es de un alto nivel y vale la pena la visita, porque, además, en muchos casos es más importante el continente -la iglesia- que el contenido. También sirven para hacer un recorrido por las distintas zonas, siempre interesantísimas.

Carrión de los Condes, Palencia, se encuentra a orillas del río Carrión en la comarca natural Tierra de Campos, atravesada por el Camino de Santiago Francés. Es una pequeña población de 2.035 habitantes (2020), situada a 838 m de altitud, que estuvo poblada en tiempos previos a las culturas prerromanas, con restos de la cultura campaniforme. La parte alta fue la Lacóbriga vaccea, romanizada, mansio de la calzada Burdeos-Astorga, la vía Aquitania. Fue ciudad importante en la Edad Media, en la que se celebraron cortes y sínodos, y empezó a ver pasar peregrinos camino de Compostela: en el Codex Calixtinus se dice que es “rica en pan y vino”. El nombre apareció en 1522 y, a pesar de que antes se refería a los condes Gómez Díaz, en realidad se debe a los condes de Osorno, Treviño y Benavente, en el s. XV.

De la Edad Media quedan leyendas referidas a personas de la época. “La Fuente de la Mora” se refiere a una fuente en la Cuesta de la Mora, viniendo desde Palencia, en la que se citaba el rey Alfonso con una mora, Zulima. Al retrasarse ella, el rey se enfadó y maldijo la fuente, por lo que cuando ella llegó y bebió, le produjo la muerte. De la época del Cid es la leyenda “Rodar la naranja”. El Cid trajo naranjas, frutas exóticas, de Valencia para sus hijas, y al no encontrarlas se enfadó y en el griterío perdió la voz. Al salir de Carrión entró en la iglesia de Santa Clara, besó la reliquia de San Blas y recuperó la voz.

“La casa del lagarto” es otra leyenda que se refiere a doña Ana de Guardo, viuda del regidor perpetuo de Carrión de los Condes. La casa se construyó como parte de la dote de la hija, Ana también, para que viviera allí cuando se casara. La madre quería casar a la hija con un rico labrador, sin saber que mantenía un romance secreto con Juan, el hijo del sacristán de la cercana iglesia de San Andrés. Ana decía que no se casaría hasta que la casa estuviera terminada y, al visitar las obras, siempre ponía objeciones para retrasarlas (paralelismo con Penélope). Al mismo tiempo rezaba a la Virgen de las Nieves, que la escuchó. En la obra apareció un lagarto que asustaba a los albañiles y derrumbaba lo construido; además, la Virgen se apareció al párroco de San Andrés y le pidió que los casase en secreto. Cuando la casa se terminó, el pretendiente quiso entrar, pero el lagarto no le dejó, diciendo que sólo entrarían los que lo hicieran con amor. Ana y Juan se cogieron de la mano y el lagarto se apartó, pero no dejó entrar a nadie más. El párroco confesó que los había casado en secreto y el pretendiente se marchó. El lagarto permaneció en el tejado mientras vivieron Ana y Juan y después desapareció. Los hijos hicieron un lagarto de forja y lo pusieron en la esquina del alero del tejado para recordar la importancia del amor.  La casa actual, s. XIX, tiene un lagarto pintado de verde.

La iglesia de Santa María del Camino es un templo románico, de mediados s. XII, el más antiguo de la ciudad, de planta rectangular, con tres naves de cuatro tramos, cubiertos con bóveda de cañón en la central. Ábsides semicirculares en origen. Contiene una talla de la Virgen del Camino o de la Victoria, s. XIII, y un Cristo del Amparo, gótico s. XIV.  Tiene la fachada meridional porticada, con la adoración de los Reyes Magos, Sansón, Carlomagno y una arquivolta de personajes en su oficio, pecados, etc. Los capiteles contienen figuras humanas y animales fantásticos. Las mochetas de la puerta tienen forma de toros, en alusión a la leyenda de “Las cien doncellas”. El friso -Epifanía- está interrumpido por los arbotantes s. XVII, correspondientes a los arcos fajones, que evitaron el desplome de la iglesia y se aprovecharon para la galería porticada. Enjutas decoradas -jinete sobre un león y caballero armado cuyo caballo pisa a un personaje-. Tejaroz y canecillos -músico, acróbata, máscara-.



Los toros de las mochetas de la puerta de acceso tienen relación con la leyenda sobre el “Tributo de las cien doncellas”, que se sitúa en el s. VIII, tras la invasión musulmana. El rey Mauregato (783-789), hijo bastardo de Alfonso I el Católico, consiguió usurparle el trono a Alfonso II con ayuda de Abderramán I, emir de Córdoba, y a cambio se comprometió a pagar el famoso tributo. Alfonso X El Sabio, en la Primera Crónica General, narra cómo era: “Que demandasen por razón que no diesen guerra et que dejasen en Paz; et enviaronle pedir que les diese cada año 50 doncellas de las más fijasdalgo con que casasen y otras 50 de las otras del pueblo con que tuviesen sus solaces y su deleite; y estas cien doncellas que fuesen todas vírgenes”. A Carrión le correspondía entregar cuatro de las cien doncellas. Ramiro I acabó con el tributo venciendo en Clavijo con el apoyo del Apóstol Santiago, “Matamoros”, que apareció en la batalla montado sobre un caballo blanco.


Aunque este tributo no parece haber existido, sí queda en el recuerdo. En la iglesia se conserva un cuadro del s. XVII que ilustra el suceso con una inscripción: “En tiempo del Rey Miramamolín le fue tributario del Rey Mauregato de cuatro doncellas que tocaban a esta Villa y llegando al sitio con los moros que las llevaban, se encomendaron a esta imagen de la Virgen para que las librase de su cautiverio, lo que fue Dios servido por medio de cuatro toros que se aparecieron, pues acometiendo furiosos a los moros, les quitaron las doncellas y mataron la mayor parte de ellos, quedando las doncellas solas y los toros en su guarda, hasta que los vecinos las recogieron. Con el milagro quedaron las doncellas libres y esta villa exenta de tal tributo y sucedió en las pascuas del Espíritu Santo y en estos días hay dos procesiones y sermón desde el año 826.”




Leyendas similares hay en otros lugares, como Betanzos, y se celebran fiestas conmemorando la supresión del odioso tributo en Astorga (la “Zuiza”), León (las “Cantaderas”), Sorzano (romería de la Virgen de la Hermedaña, con jóvenes vestidas de blanco y adornadas con ramas de acebo).



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