La playa en el museo (III): Joaquín Sorolla.
La obra de Sorolla contiene una imagen idílica, deseable,
el mar intenso, la luz mediterránea y la arena dorada. En gran parte de sus
pinturas aparece el mar, sobre el que estudió su color, matices, luz, forma,
movimiento y emociones. El magnífico escenario fue una constante en su vida y,
lógicamente, en su obra, en la que captó los cambios de luz a lo largo del día,
su aspecto según la estación del año y las distintas geografías, todo con una
técnica que aplicaba los trazos y pinceladas de forma que sus cuadros
resultaran muy ágiles e innovadores.
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Paseo a la orilla del mar, 1909 |
Esta célebre obra muestra a la esposa e hija del pintor
caminando por la playa de Valencia. Dentro del costumbrismo, los efectos de luz
–luminismo- que logra son únicos en su estilo. En el cuadro se aprecia en todo
su esplendor la especial capacidad del artista para plasmar rayos solares reflejados
sobre telas blancas.
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Las tres velas, 1903 Otra escena costumbrista a orillas del mar Mediterráneo, en la que aparecen tres mujeres con un bebé, caminando en la orilla de la playa, con tres veleros surcando el mar al fondo. |
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Niña entrando al mar, 1915 |
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El balandrito, 1909 |
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Niñas en el mar, 1909 |
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Idilio en el mar, 1908 |
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Saliendo del baño, 1915 |
No es muy común en Sorolla utilizar un mosaico de colores
para mostrar las más simples figuras, en este caso utiliza gran parte de la
paleta para pintar los rostros de la madre y el hijo; los cuales aparecen sombreados
por la toalla blanca que recibe los rayos del sol en la parte superior.
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El pescador, 1904 |
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El baño del caballo, 1909 |
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La hora del baño, 1909 |
Una niña vestida de rosa entrando en la playa, bajo la
atenta mirada de su cuidadora, quien lleva a un bebé en brazos. Sorolla tenía
una especial predilección por pintar niños, y una facilidad y maestría
asombrosa a la hora de representar reflejos de la arena mojada, ropajes
mezclados con sombras y rayos solares. Esta es una de las obras donde más
elementos que el pintor manejaba a su antojo se combinan.
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Pescadoras valencianas, 1915 |
En el Levante español la mujer tenía que contribuir a la
economía doméstica con su trabajo. Tres personajes femeninos, curtidos por la
experiencia y el sol, miran al mar con canastas vacías para recolectar
mariscos.
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Después del baño, 1908 |
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Dos hermanas, 1909 |
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Clotilde y Elena en las rocas, 1905 |
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Después del baño, 1909 |
La composición es compleja y los efectos lumínicos son
notables. la escena costumbrista muestra dos niñas a la sombra de un parapeto
de madera, donde se secan y visten después de un baño en el mar. Los dos
personajes principales están rodeados de: dos niños jugando al sol, en la
orilla de la playa; bañistas a lo lejos; un toldo con sobra y luz; la arena con
diversos matices y la silla con ropa mojada en una esquina.
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Rompeolas de San Sebastián, 1918 |
Este cuadro muestra una tarde -casi noche- veraniega en la
ciudad vasca donde los habitantes se reúnen para contemplar el majestuoso
espectáculo natural. El cielo nuboso y de tormenta hace al artista seleccionar
de su paleta una gama de tonos cercanos al verde y el gris. Sorolla demuestra
un visión fuera de lo común, capturando los más leves detalles y matices, para
que la pintura muestre, no sólo la imagen, sino toda la atmósfera del momento.
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Bajo el toldo, playa de Zarauz, 1905 |
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Bajo el toldo, Zarauz, 1910 |
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María en la playa de Biarritz, 1906 |
Esta pintura es un retrato al aire libre con la
particularidad que la iluminación de la figura principal es a contraluz. Los
blancos vibrantes de la espuma marina abren un haz de luz que golpea a María
(hija del pintor) por la espalda. El efecto general es abrumador, mientras la
fuerza del color recae sobre el fondo, la figura principal aparece casi
flotando en primer plano.
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Instantánea de Biarritz, 1906 |
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