jueves, 25 de enero de 2018

La colina de los Tigres Dientes de Sable.

El MAR (Museo Arqueológico Regional) ofrece esta exposición sobre los yacimientos miocenos del Cerro de los Batallones en Torrejón de Velasco, Comunidad de Madrid, para concienciar sobre su valor patrimonial y cultural en el 25 aniversario de su descubrimiento. Por medio de fósiles, montajes anatómicos que reconstruyen animales, paisajes, videos, maquetas, etc., nos trasladamos al paisaje madrileño de hace nueve millones de años en el que un fenómeno geológico –la formación de cavidades naturales donde los animales quedaron atrapados- permitió la acumulación y conservación de gran cantidad de fósiles. La estructuración se realiza en cinco grandes áreas.

1.Introducción. Explica la historia de los yacimientos (trampas naturales por proceso pseudokárstico conocido como piping), la edad (Vallesiense Superior, Mioceno Superior), el descubrimiento (cerro testigo del Mioceno, cantera, los fósiles no se encontraban in situ sino que procedían de sedimentos removidos por maquinaria pesada), las campañas de excavación, los resultados científicos y el significado actual.

2.Contexto geológico. La Cuenca de Madrid, de unos 13.000 km2, cuyos límites son el Sistema Central y la Cordillera Ibérica al Norte, la Sierra de Altomira al Este y los Montes de Toledo al Sur, se formó como resultado de la colisión de las placas Euroasiática y Africana durante la Orogenia Alpina. El Sistema Central, que separó la cuenca de Madrid de la del Duero, se emplazó entre el final del Eoceno y el inicio del Oligoceno. En las partes centrales de la cuenca se acumularon materiales evaporíticos lacustres y, durante el Cuaternario, depósitos fluviales con un total de 22 niveles de terrazas. Las rocas que aparecen son granito, yeso, arcilla, sepiolita, caliza y sílex.

De especial significación es la “crisis vallesiense”, hace 10-9 millones de años, en la que se produjeron importantes cambios faunísticos debido a un cambio en las condiciones climáticas, al aumento de la estacionalidad hídrica y térmica, a la expansión de la estación seca que trajo como consecuencia que las especies forestales fueran relevadas por otras más adaptadas a ambientes más áridos, produciéndose espacios más abiertos.


3.Origen y formación. La estructura geológica de la zona presenta cuatro unidades litoestratigráficas, de disposición horizontal, con materiales como arcillas, yesos, dolomías y margas en la primera, sepiolita y sílex en la segunda, calizas margas y sílex en la tercera, etc., originándose las cavidades con posterioridad a las calizas. Este Cerro de los Batallones es un relieve estructural de techo plano, como otros cerros testigo, labrado en series sedimentarias horizontales como consecuencia de un proceso de erosión diferencial sobre un estrato superior resistente.

La excepcionalidad de los yacimientos radica en que las cavidades originales debían estar casi colmatadas –habiendo atrapado animales- en la crisis vallesiense, en la que se acumuló una charca en el centro cuyo fango pudo atrapar a grandes herbívoros. Como herramienta de investigación se ha usado la tafonomía, la parte de la Paleontología que estudia la transición de los restos orgánicos desde la biosfera a la litosfera, evaluando los procesos de fosilización y el modo de formación de los yacimientos de fósiles.

4.Fauna. El Cenozoico (antes del Terciario) es llamado la “Edad de los Mamíferos” por la gran diversidad faunística existente. Las especies halladas son muy variadas y van desde la microfauna, micromamíferos, hasta los mastodontes (proboscídeos), rinocerontes, úrsidos. En medio quedarían los reptiles escamosos como los varanos, aves, tortugas, rumiantes como los mósquidos o ciervos almizcleros, carnívoros pequeños como mustélidos y mofetas, hiénidos, ailúridos (panda rojo), grandes carnívoros en los que es importante el dimorfismo sexual, grandes predadores como los félidos de dientes de sable, équidos, jabalíes, jiráfidos, etc.

5.Más allá de los fósiles. Este último apartado aborda el análisis conjunto de las asociaciones de carnívoros, la evolución de las especies y nuevas tecnologías de investigación. El conjunto de carnívoros era muy variado, así como la combinación de los nichos ecológicos que originaron adaptaciones anatómicas. Su interacción debió ser un complejo entramado. La distribución de tallas entre las especies establecen las relaciones ecológicas entre los miembros de la comunidad y con el medio imperante, que era de carácter tropical árido, evolucionando de más a menos arbolado. Las condiciones climáticas y ambientales y el modo de vida se han reconstruido a través de la composición isotópica de los fósiles, Paleontología Isotópica. Junto a estos cambios medioambientales es importante la evolución de los félidos.

La cuenca de Madrid se originó a finales del Cretácico como consecuencia de los movimientos orogénicos alpinos que levantaron las cadenas como el Sistema Central. Esta constitución estructural favorece que en los bordes de la cuenca se encuentren los sedimentos más antiguos, mientras que en su parte central los sedimentos que afloran son más modernos y poseen gran riqueza en yacimientos paleontológicos como los descritos.



En esta gran exposición, los fósiles son la parte más importante. Se exponen más de 160 piezas, que incluyen el caparazón completo de una tortuga gigante, dos cráneos completos de Tigres diente de sable, cráneo y mandíbula de mastodonte, etc., además de ocho montajes anatómicos que integran muchas de ellas. 


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