lunes, 1 de diciembre de 2014

Alquézar. Ruta de las pasarelas.

Llegamos de nuevo a Alquézar para caminar por una zona muy conocida, porque los tramos más
encajonados están equipados con pasarelas que garantizan la seguridad de los senderistas. Puede hacerse en menos de dos horas y tiene una dificultad baja.

Desde cerca de la plaza se desciende por el barranco de la Payuala (ver otro artículo) y después por el de La Fuente, dejando a la izquierda la Peña Castibián (escalada), con numerosas oquedades en sus paredes, entre las que destaca la cueva Palomera que conserva pinturas esquemáticas del Neolítico. Al lado de la primera pasarela de este barranco, de la Fuente, queda parte de un muro de piedra que rodeaba un recinto en el que había un alambique para fabricar anís que se dedicaba al estraperlo.

Este tramo, muy arbolado, es una auténtica aula de la naturaleza: la vegetación es muy variada (higueras, bojes, arces, saúcos, helechos, etc.), lo mismo que la fauna que nos sobrevuela (buitres, vencejos, palomas, chovas, etc.). Mención especial merecen dos plantas, la “orella de onso” (Ramonda myconi, reviviscente, un auténtico fósil vivo de la época preglaciar
cuando el clima era tropical en esta zona) y la trencapiedras (Petrocoptis guarensis, exclusiva de Guara, que aparece colgada en los acantilados, y un animal, el guardafuens o tritón pirenaico (Euproctus asper, pequeño anfibio que, con su presencia, es un indicador inequívoco de agua no contaminada, que aparece en la fuente de las Casquillas).

La pasarela va descendiendo pegada a la roca en la izquierda y dejando a la derecha toda la vegetación de un verde intenso. Encima la roca caliza en vertical. Una malla metálica cubre las maderas de la pasarela para que no resbale. Tras pasar por debajo de una roca, por una especie de cueva abierta a ambos lados, la pasarela continúa por el lado derecho, dejando la vegetación a la
izquierda. Las paredes verticales están llenas de huecos. A continuación hay otro tramo sin pasarela, pedregoso, en un túnel formado por la densa vegetación. Otro tramo de pasarela y unas escaleras, nos acercan al final del descenso.

Al terminar el barranco y llegar al río Vero (barranquismo), giramos un momento a la izquierda (señalizado) para ver la cueva Picamartillos, una gran oquedad al nivel del agua que ha erosionado la roca caliza. Es verano y aprovechamos para meter los pies en el agua y descansar un poco mientras comemos el imprescindible bocadillo.

Seguimos un poco por la orilla derecha del río, pero pronto no se podría pasar si no estuviera la
José Luis -el de Huesca-, Conchita y José Luis
pasarela. Unos tramos de escalera nos colocan a la altura adecuada para que llanee colgada en la roca. Es el tramo más espectacular. El agua tiene un color verdoso muy oscuro en la sombra y más claro al sol. Después del tramo llano, otras escaleras dejan al nivel del agua. Ahora baja poco caudal y puede salirse fácilmente a las piedras del río, pero no será así cuando baje mucho.

Otra pasarela nos deja en la central eléctrica. Esta ruta aprovecha el antiguo camino que llevaba hasta ella, que, aunque ahora arruinada, da fe, junto al azud que le hacía llegar el agua, de la importancia del río en la vida de las gentes. El azud forma una cascada ruidosa, cuyo eco resuena en el cañón. Seguimos por un tramo más estrecho, sin vegetación, con la pasarela anclada en la roca, antes de llegar al camino que, en subida nos devuelve a Alquézar. Durante la subida, los cañones van quedando debajo de nosotros, a nuestra vista. Hace calor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario