Naturaleza en la antigua Grecia.
Exposición en el Museo Arqueológico Nacional, Madrid.EN EL ORIGEN.
En los mitos de la antigua Grecia el universo precede al nacimiento de los dioses. En la Teogonía de Hesíodo, mediados del siglo VII a.C., será la acción de Caos, Gaia y Eros (el Vacío, la Tierra y el Amor) la que dé lugar al origen del mundo y cree las genealogías de dioses hasta que Zeus asiente su reino, en un proceso que conduce al orden. La Naturaleza es un espacio imprevisible, en constante movimiento. Poseidón reina sobre los mares y agita la Tierra.
Nacimiento de Afrodita. Relieve del Trono Ludovisi.
Hija de Urano, nace de las aguas mediterráneas. Diosa del amor y la belleza, simboliza el deseo, la sensualidad y la fertilidad.
Ártemis cazadora.
Hija de Zeus y Leto y hermana gemela de Apolo, es la diosa protectora de la caza y de los animales salvajes. La figura transmite sensación de vitalidad.
NATURALEZA SALVAJE
Lecane con Ártemis conduciendo una biga.
Pintor de Darío. Apulia, Italia, 350-340 a.C. En el territorio de la divinidad, la diosa, que se alumbra con una antorcha, conduce una biga tirada por un ciervo y por una pantera mientras la naturaleza brota a su paso.
NATURALEZA CONQUISTADA.
Animales y plantas. El animal está presente en la vida cotidiana y religiosa y es parte del sistema de pensamiento. Es icono de las ciudades como la abeja de Éfeso o la lechuza de Atenas. Las carreras de caballos eran unas de las competiciones más apreciadas en los juegos panhelénicos. Rebaños de ovejas, cabras y bóvidos eran esenciales para la economía.
Ritón en forma de cabeza de bóvido.
Pintor de Tarquinia, Ática, Grecia. 475-450 a.C. Los ritones, de origen oriental, eran utilizados para beber o verter un líquido en actos ceremoniales.
De la conquista de los confines a la civilización.
Ya a fines del siglo VIII a.C, el poeta Hesíodo, en Los Trabajos y los Días, establece las edades míticas de la sucesión de las generaciones humanas. En la Edad de Oro reina una perfecta armonía y no se conoce la vejez ni la muerte. La tierra produce todo lo necesario de forma autónomo, sin la fatiga de los humanos. Es una especie de paraíso anhelado y todo es sagrado, las montañas, rocas o grutas, fuentes y corrientes de agua. La naturaleza salvaje precisa ser domesticada en un pacto con los dioses.
Ánfora con despedida de guerrero y perro.
Ática, Grecia, 550-510 a.C.
DONES DE LOS DIOSES.
“Poseidón llegó el primero al Ática y, golpeando con su tridente en medio de la acrópolis, hizo brotar un mar (…). Después llegó Atenea y plantó un olivo. Al surgir entre ambos dioses una disputa por el dominio del país, Zeus los separó (…) el país fue otorgado a Atenea (…) pues ella había sido la primera en plantar el olivo”.
Apolodoro, Biblioteca, III, 14, 1. (Siglo I)
Hidria con Deméter y Triptólemo.
Pintor de la Villa Giulia, Ática, Grecia. Hacia 450 a.C.
El vaso narra el origen de la agricultura, atribuida al héroe Triptólemo y a Deméter, diosa de la agricultura.
Más allá de la tríada mediterránea.
La economía griega es agrícola. La célebre tríada mediterránea, cereal, olivo y vid son regalos de Deméter, Atenea y Dioniso que enseñan su cultivo a los mortales.
Pan, aceite y vino modelaron el paisaje físico y el espacio simbólico al ser símbolo de cultura. El cereal procura el sustento diario. El aceite será fuente de luz y calor, necesario en los cuidados del cuerpo y en la fabricación de ungüentos. El consumo de vino regulado en el banquete define un espacio de socialización donde se crea pensamiento. Pero también los frutos de la encina y la palmera, higos, frutos secos, manzanas, etc., forman parte de la dieta.
Teatro de oportunidades y peligros.
La antigua Grecia es un territorio volcado al mar, fuente de alimentación, de intercambios comerciales y de transmisión de conocimiento, cultura y riqueza.
El Mediterráneo ha sido siempre espacio de migraciones en busca de mejores tierras. Las colonias que se fundan en la costa mediterránea seguirán manteniendo fuertes vínculos con las diferentes metrópolis. Muchas de estas empresas acabaron en naufragios.
Platos de pescado con animales marinos.
Campania, Italia. 350-300 a.C.
La decoración testimoniaba la importancia del mar y sus recursos en todo el ámbito mediterráneo. Se usaban en contextos funerarios, no en el uso cotidiano.
El mundo marino.
El pescado formaba parte de la alimentación cotidiana. La pesca con caña era usual en las zonas de costa. El pescado de mar era más caro que el de agua dulce y algunas especies, como las angulas del lago Copaïs, en Beocia, eran productos de lujo.
“(…) un gran golpe de mar lo batió desde arriba, azotando con furia, y la balsa la puso a girar. Se hundió Ulises lejos de la balsa, y el timón se le fue de las manos. El mástil central se quebró al empujar el terrible huracán de mil vientos revueltos y lejos la vela y la verga cayeron al mar. Estuvo sumergido largo tiempo Ulises (…) Mucho después salió y escupió la salmuera amarga de su boca que copiosa y con fuerza le afluía.”
Homero, Odisea V, 314 ss. (Siglo VIII a.C.)
NATURALEZA ALTERADA.
Los dioses y diosas asumen formas diferentes para conseguir sus fines, como Zeus transformado en toro para raptar a Europa. Pero la metamorfosis también puede ser castigo, como en el caso de Niobe, convertida en piedra al vanagloriarse de haber concebido más hijos que la diosa Leto, o de Acteón en ciervo tras haber visto a la diosa Ártemis desnuda en su baño y al que devoraron sus propios perros. Su soberbia les hace ser castigados por los dioses. Otros serán transformados en árbol, como la joven Dafne en laurel, para escapar del deseo de Apolo, o en flor, como Jacinto, para llorar su pérdida. El imaginario griego también concibe seres que yuxtaponen la naturaleza humana y la animal, como las Sirenas, mujeres pájaro o los Centauros. Otros se construyen mediante diversas formas animales, como Pegaso, el caballo alado, Cerbero, el perro de tres cabezas que custodia las puertas del Hades, o la terrible Quimera. Son criaturas dotadas de múltiples significados.
Relieves de la tumba de las harpías.
Proceden de un monumento funerario de Xanthos, Licia, actual Turquía, fechado hacia el 480-470 a.C. Dos seres híbridos con cabeza y torso femeninos y cuerpo de ave emprenden el vuelo llevando entre sus brazos a dos jóvenes. Son Sirenas, antes interpretadas como Harpías.
Fauno con cabrito.
El cabrito vivo que lleva sobre sus hombros será víctima de un sacrificio en honor de Dioniso.
NATURALEZA MECÁNICA.
En el panteón griego, Hefesto, el dios de la forja, domina la técnica de transformar la materia nacida de las entrañas de la Tierra. Hijo de Zeus y de Hera, quedó cojo al ser lanzado cuando era niño desde lo alto del Olimpo. Su incapacidad le condujo a crear los más curiosos ingenios mecánicos capaces de facilitarle el día a día. De su ingenio nació Talos, el primer robot de la Historia.
JARDINES.
Microcosmos, el jardín es por excelencia naturaleza conquistada. Construido con pérgolas, emparrados, setos y parterres y salpicado de fuentes, es trasladado a pinturas y mosaicos, naturaleza detenida. Lejos de nuestro concepto de amenizar los espacios públicos, en Grecia se limitaban al interior de las casas de los ricos propietarios, en el exterior de las ciudades.
Escifo con paloma.
Estilo de Gnathia, Italia meridional, 330-300 a.C. Bajo un emparrado exuberante, con una guirnalda de hojas de hiedra, se encuentra una paloma, símbolo de Afrodita, diosa relacionada con la fecundidad de la naturaleza.
EROS.
Las primeras cosmogonías dan a Eros una profunda capacidad de generación, hasta el punto de hacer del dios el motor de ese mundo antropocéntrico. Eros preside, bajo sus diferentes rostros, toda acción de los mortales y de los inmortales. Estrechamente vinculado con la diosa Afrodita, es personificación del deseo y del sentimiento amoroso. Alado y armado con el arco y las flechas, conquista con sus armas el corazón de dioses y diosas, de mujeres y hombres.
Lecánide con mujer y Eros.
Apulia, Italia, 340-320 a.C. Eros hermafrodita acompaña a una joven en los momentos previos al matrimonio.
Leda y el cisne.
Zeus, el padre de los dioses, se convierte en cisne para tener amores con Leda, mujer mortal y reina de Esparta. De esta unión van a nacer Pólux y Helena, conocida más tarde como Helena de Troya.
EL COSMOS EN UNA MANO.
En la mentalidad griega, una polis no puede existir sin una moneda propia, que sirve para medir las cosas y los trabajos, pero también reflejan el universo que nos rodea y la propia identidad de la sociedad, su estructura, sus creencias y sus dioses.
EL MÁS ALLÁ.
Es creencia que la muerte separa cuerpo y espíritu. El alma inicia así el camino sin retorno hacia el Hades, el tenebroso reino de los muertos. Privados de su envoltura mortal, las sombras deben atravesar el río Styx, donde el barquero Caronte les ayudará a cruzar las aguas.
Ascós funerario. Canosa, Italia. 300 a.C.
La imagen de la difunta surge del elegante vaso funerario que sirve de vehículo al alma de la difunta.
Pélice con Eros. Pintor de la Sirena Citarista, Apulia, Italia, 340 a.C.
La escena nos introduce en el jardín de los dioses del Olimpo, donde Eros está sobre el cáliz de una flor que nace entre hojas. Las alas desplegadas del dios abarcan todo el espacio vegetal, semejante a un tapiz.
Heracles en los confines del mundo. Pintor Nikias, Ática, Grecia, 410-400 a.C.
Cratera con excepcional representación. En el centro, Atlas sostiene la bóveda celeste. Junto a él, su esposa Hésperis, madre de sus hijas, las Hespérides. En el extremo derecho, Hermes, el mensajero de los dioses, con el caduceo. A ambos lados del Titán, los mágicos manzanos que confieren la inmortalidad a aquel que coma sus frutos. La serpiente Ladón, dragón de cien cabezas, los custodia. La diosa Atenea se precipita desde la izquierda con su lanza extendida para proteger a Heracles.
PÓCIMAS Y BREBAJES.
Las mujeres dominan el ámbito de lo íntimo. A ellas se les concede el conocimiento de los pharmaka, hierbas y brebajes que curan y hechizan.
Heroínas como Circe o Medea atesoran conocimientos que fascinan y aterran, son conocedoras de los saberes de la Tierra, de la cocina mágica. La hija de Helios y de la oceánide Perseis transformará a los hombres de Ulises en cerdos tras haberles hecho ingerir una pócima, el kykeon. Medea, su sobrina, entregará a Jasón el ungüento elaborado con una planta mágica, el promethéion, que le hacía invulnerable al aliento de fuego que exhalaban los toros mágicos que debía vencer. Los conocimientos de las propiedades terapéuticas de las plantas también tendrán su aplicación en la práctica médica, como la peonía (propiedades antiinflamatorias y analgésicas), la amapola y la adormidera (capacidades sedantes), la mandrágora (narcótico antiinflamatorio y cicatrizante).
Recipientes de cerámica de barniz negro. Italia meridional, siglos IV-III a.C.
Destinados a vajilla de mesa o al aseo y cuidado personal, estas piezas remiten al ámbito doméstico, el de la mujer.
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