Santa Cruz de la Serós (II/II)
Santa María
Esta iglesia es lo que queda de lo que fue el monasterio de las Sorores de Santa Cruz, el monasterio aragonés más antiguo dedicado a religiosas y de fundación real, junto a los otros dos más importantes, el de Sigena y el de Casbas. Los monasterios eran centros económicos, administradores y gestores de los territorios cristianos, puntos clave en el proceso de reconquista y repoblación, que procuraban avances sociales, económicos y culturales, que tuvieron su reflejo en el arte, fundiéndose en un estilo internacional, el románico. El feudalismo europeo, con estamentos sociales firmemente establecidos, posibilitó una sociedad más segura teniendo en cuenta la inestabilidad a que estaba sometida: destrucción y caos por las razzias de Almanzor (999) y su hijo Abd al-Malik (1006). Sancho Garcés III (Sancho el Mayor, 1004-1035) y sus hijos Ramiro y Gonzalo se esforzaron por crear una barrera defensiva frente a los musulmanes, constituida por fortalezas estratégicamente distribuidas de oeste a este. Esta impermeabilización permitió reorganizar el territorio con el régimen de tenencias (administración y protección) y con los monasterios (renovación espiritual), lo que permitió restaurar la vida cenobítica y propulsar la reforma benedictina por medio de clérigos provenientes de Cluny (Paterno, San Juan de la Peña, refundado en 1025). Se hace notar la influencia franca en la iglesia aragonesa.En el monasterio de San Juan de la Peña, la pequeña iglesia mozárabe -debajo de la románica- tenía dos altares y dos espacios, para las dos comunidades, femenina y masculina. Al introducirse la regla de san Benito de Nursia, en los primeros años del siglo XI, ambas comunidades debían establecerse en cenobios diferenciados, lo que debió ser el origen del cenobio femenino de Santa Cruz. La primera modesta iglesia se construiría en los años1020-1030.
El primer rey de Aragón, Ramiro I (1035-1063) combatió contra sus hermanos e incorporó Sobrarbe y Ribagorza, cobrando protagonismo por situar a su pequeño reino en una posición más cómoda mediante alianzas políticas y matrimoniales (casó a su hija Sancha con Ermengol III, conde de Urgel, para presionar a las taifas de Lérida y Zaragoza y frenar al conde de Barcelona Ramón Berenguer I). Tras su muerte en el sitio de Graus, en 1063, su hijo Sancho Ramírez I (1063-1094) dotará al reino de nuevas infraestructuras, potenciará el Camino de Santiago a través de las buenas relaciones con Francia, proclamará el reino como feudatario de la Santa Sede (1068) e incorporará el rito romano (opuesto al hispánico o mozárabe, 1071). Favoreció a los grandes centros monásticos mediante la anexión de otros pequeños cenobios y aumentó la base económica y demográfica del reino al anexionar el reino de Pamplona (1076). En su expansión territorial hacia el sur ocupó fortalezas (Graus, Ayerbe) y construyó castillos (Loarre, Montearagón), cercando Huesca, donde murió en 1094. La conquistaría Pedro I en 1096.
En 1065, al morir su marido en el sitio de Barbastro, la condesa Sancha volvió a Aragón, logrando su independencia mediante su ingreso en el monasterio de Santa Cruz, como sus hermanas Teresa y Urraca. Será una época de grandes donaciones y crecimiento del monasterio, que llevó a la construcción del actual en 1095. La condesa se negó a vivir en la sombra y utilizó el monasterio como plataforma para sus ambiciones, teniendo en cuenta los objetivos del rey. No fue abadesa, pero sí protectora y dinamizadora, acrecentó enormemente sus propiedades, fue tenente desde 1074 (también de San Úrbez) y en Atarés, Siresa y de nuevo Santa Cruz en 1083, algo no habitual. Desplazó a su hermano García de la sede episcopal jaquesa, siguiendo los objetivos de su hermano, de cuyos hijos sería educadora. Su importancia se plasmará en su sarcófago, visitable en las Benitas de Jaca. En 1555 la comunidad se trasladó a las Benitas de Jaca, a instancias de Felipe II, y el monasterio sufrió decadencia y expolio, reutilizándose sus materiales por lo que faltan dependencias habituales como claustro, sala capitular, refectorio, dormitorio común, etc.La iglesia está construida en piedra sillar muy bien escuadrada, con un cuidado acabado, y su rotundidad parece desafiar al paisaje. Tiene una sola nave y una falsa apariencia de cruz latina mediante la incorporación de sendas capillas a ambos lados del crucero, sobre el que se halla un remate a modo de cimborrio, de aparente base cuadrada y acabado octogonal, que oculta una cámara de misteriosa función. Conectado a este espacio, destaca la esbelta torre, una de las más bellas del románico aragonés.
El tímpano se protege por dos arquivoltas en bocel y una intermedia en forma de nacela decorada por bolas o perlas, una más grande en la clave que presenta un rostro. La moldura externa tiene sección rectangular y se adorna con ajedrezado jaqués.
Bajo la línea de imposta, con decoración vegetal y rosetas, hay cuatro capiteles, dos a cada lado, flanqueando la entrada. Los de la derecha tienen decoración vegetal muy estilizada. Los de la izquierda, peor conservados, son figurados, con la escena de Daniel en el foso de los leones en el interior y con figuras de animales el otro. Las diferencias de calidad artísticas de ambos lados indican dos maestros.
Todo el conjunto está protegido por un pequeño tejadillo apoyado en canecillos con diversos temas: decoración vegetal, serpientes, figura humana, aves, cabeza de toro, rostro humano, etc. Destaca un juglar, ejemplo de la vida cotidiana. También hay rosetas, gárgolas y modillones de rollos que conservan su policromía.
La majestuosa torre, prismática, se alza potente sobre la capilla sur, dividida en tres cuerpos, más alto el primero, y con terminación octogonal el último, con tejado a ocho vertientes. Los gruesos muros se aligeran por la rítmica serie de ventanas con el mismo diseño: doble arco de medio punto que apoya en columnas y parteluz central, aunque alguna no sigue este ritmo. En los capiteles domina la temática vegetal, aunque hay animales y humanos entrelazadas con bolas. En el segundo piso, cara oeste, aparece una ventana con parteluz de fuste retorcido y capitel con personajes con corona. La cúpula que cubre apoya sobre cuatro trompas, paso a la forma semiesférica.
En el paramento sur, entre la torre y la portada occidental, queda un antiguo acceso, comunicación de la iglesia con el claustro y el resto de las dependencias monásticas, con un crismón que lleva rosetas y labores de orfebrería como en el sarcófago de doña Sancha. Una moldura ajedrezada, a modo de arquivolta, corona el conjunto.
En el muro sur está el acceso desde la iglesia a las dependencias monásticas con el crismón en el exterior y con estructura de arco de medio punto. Está cerrada.
En la zona del falso crucero abren las capillas laterales, en arco de medio punto rematados por molduras ajedrezadas como arquivolta, iluminadas por tres vanos. Están cubiertas por una temprana expresión de la bóveda de crucería, quizá de finales del siglo XI. La de la izquierda tiene un buen retablo gótico y pila bautismal.
Sobre el falso crucero se encuentra una cámara oculta, que comunica con la torre, a la que se accede por moderna escalera desde la nave. Un pasadizo hundido en el grueso muro norte lleva hasta una amplia sala de base cuadrada y remate octogonal al exterior. Tiene una curiosa forma porque los ángulos han sido sustituidos por espacios semicirculares o exedras. La escasa iluminación le llega por pequeños vanos de doble derrame. Se cubre con cúpula formada por hiladas concéntricas que apoyan sobre cuatro nervios que se unen en la clave, apoyando los extremos en columnas adosadas. El interés se centra en los capiteles, con decoración figurada y motivos vegetales. En el del muro norte, la Anunciación, aparece san José que lleva en las manos una pequeña vara florida, representación poco corriente. En la cara principal el arcángel Gabriel visita a María y el lateral describe la aceptación. El autor de este capitel, que destaca por la viveza de los gestos y escenas, es el Maestro del sarcófago de doña Sancha, que también trabajó en Jaca y Huesca (San Pedro el Viejo).La finalidad de esta habitación oculta sigue siendo motivo de discusión. Su apariencia exterior de falso cimborrio podría indicar su uso como cámara del tesoro. También se apunta como sala capitular, aunque de difícil acceso, o como ámbito litúrgico.
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