lunes, 21 de abril de 2025

 Parque Arqueológico de Carranque

Se ubica a unos cinco kilómetros del pueblo que le da nombre. Existe un aparcamiento al otro lado del río Guadarrama, que se cruza por un puente. 

HISTORIA. 

El mundo rural en el alto Imperio Romano. En una extensa finca entre el río Guadarrama y la calzada que unía Toletum con Complutum se situaban las posesiones del patricio romano Materno, de carácter agrícola con vides y olivos. Guarda los restos de una villa romana, la casa de Materno, con bellos mosaicos. También hay ruinas de un edificio palacial, una iglesia visigoda, una necrópolis y un mausoleo.

Los orígenes de la villa romana de Carranque hay buscarlos en el Alto Imperio, entre los siglos III y IV d. C. Parece ser que pudo ser construida por Materno Cinegio, tío del emperador Teodosio I el Grande, alto funcionario romano, posible senador. La villa fue un centro de actividad social y cultural en su apogeo. Las grandes rentas permiten construir un palacio en el siglo V, ocupado por los visigodos en ese siglo y convertido en iglesia cristiana y necrópolis, mientras la villa, en desuso, cae en ruinas. 

Tras el periodo musulmán, con la conquista de Toledo por Alfonso VI en el siglo XII, el edificio del palacio se convierte en monasterio, primero de monjes benedictinos, después de los templarios y finalmente de monjas clarisas en el siglo XIV. En el siglo XVI sólo queda una ermita de lo que fue monasterio y en el XVIII, catastro del Marqués de la Ensenada, únicamente hay ruinas.

Se redescubrió a finales del siglo XIX, pero no fue hasta la década de 1980 cuando, tras la aparición de restos durante tareas agrícolas, se llevaron a cabo excavaciones sistemáticas que han puesto de manifiesto la riqueza y sofisticación de la élite romana en Hispania durante el periodo tardío del Imperio, ya instaurado el cristianismo. 


VILLA DE MATERNO. 

Los restos, actualmente protegidos de la intemperie, se encuentran en buen estado de conservación debido a su pronto abandono y a su nulo uso posterior. En la majestuosa residencia de Materno Cinegio, su esposa Acanthia y su hijo Lucio, hay veinte estancias pavimentadas con mosaicos en una planta de unos mil metros cuadrados, organizada en función de un patio central, porticado y ajardinado, circundado por un corredor pavimentado al que salían las habitaciones.  Contaba con las principales comodidades como calefacción -alimentada desde el hipocausto-, agua corriente y desagüe. Las estancias principales eran:



Pórtico o acceso principal, situado en la parte más baja del terreno y protegido por dos torreones de planta cuadrada y dos plantas de altura.

Recibidor de planta circular, inscrita en un cuadrado. 





Peristilo o patio central con impluvium para recoger el agua de lluvia, rodeado de columnas que formaban un pasillo techado que daba acceso a las zonas públicas y privadas -habitaciones- de la villa. 



Cubiculum y cubicula
eran habitaciones dormitorios y salas de estar. En una aparece el nombre de Materno. Solían estar decoradas con mosaicos. 

Metamorfosis: cubiculum, Afrodita en el centro y Diana, Atenea y Hércules en las esquinas; escenas que representan el rapto de Hylas, el baño de Diana, Píramo y Tisbe y Aminone y Neptuno.




El triclinium era el comedor. Es una estancia de forma rectangular, muy decorada, con un alzado para dar una posición elevada a los anfitriones. Tenía unos tubos cerámicos que actuaban de tiro de la calefacción, y dos estancias adyacentes para cocina y bodega. 

Muerte de Adonis: triclinium, escena de caza en la que murió Adonis destrozado por los colmillos de un jabalí. 





                                                                          Hipocausto

Salón, Oecus, al otro extremo de la entrada. Decorado con el mosaico en el que Ulises devuelve a Aquiles a su esclava Briseida. 

Al lado tenía una estancia que pudo ser biblioteca, sala de estar o comedor secundario. 

El tablinum era lugar de trabajo y archivo, y albergaba documentos. 

Una parte esencial de la vida cotidiana eran los baños, con áreas de agua caliente y fría, así como saunas. 

Una característica distintiva de las villas romanas de lujo eran los mosaicos que decoraban los suelos, representando escenas mitológicas, geométricas o figurativas. 



En las distintas estancias, en el peristilo, etc., era frecuente encontrar esculturas y otras obras de arte decorativas.





Océano: representado con larga barba y animales marinos a su alrededor. Una leve inclinación del suelo permitía inundar ligeramente este pavimento con una fina capa de agua que daba vida al mosaico, realzando sus colores y generando pequeños movimientos en sus figuras.







Torcularium, edificio anexo que servía para la elaboración de aceite y vino. Contaba con espacios para la molienda de aceitunas, sala de prensado, sala para la decantación y zona de almacenamiento.



MAUSOLEO.

Edificio funerario que acogió los restos mortales del propietario y su familia. Ubicado a apenas unos metros de la residencia, su decoración también era de gran lujo. La estructura de planta cuadrada y ábside semicircular estaba revestida con sillares de granito, con columnas adosadas alrededor de ella. El interior pudo alojar varios sarcófagos de mármol, sobre mosaicos de los que se han hallado algunos restos. La estructura estaba construida en hormigón y ladrillo. 



EDIFICIO PALACIAL. 

Construido al final del siglo IV d. C., época tardorromana, se trata de un edificio civil reservado para las tareas de representación. El edificio destacó por su poderosa arquitectura y por la excepcional decoración marmórea. Destacan las columnas, de cuatro metros, realizadas en un único bloque y traídas desde Anatolia, y otros tipos de mármol, hasta 39 tipos, traídos también de Egipto y Grecia. De ese lujo sólo quedan dos columnas -de las 36 que hubo-, que flanquean el acceso al edificio. En una de ellas se conserva una inscripción en árabe. 


IGLESIA VISIGODA Y NECRÓPOLIS. 

Con la conquista visigoda parte del edificio civil fue reconvertido en iglesia, con una necrópolis anexa que tenía un centenar de tumbas, algunas construidas con mármoles del Edificio Palacial. 

De la época musulmana han quedado restos de cerámicas, inscripciones, silos y pozos de agua.

Con la reconquista cristiana se construyó la iglesia de Santa María que pervivió como ermita hasta principios del siglo XX. 




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