Etapa 2. Pineda de la Sierra-Atapuerca-Pineda de la Sierra.
Hoy, segunda etapa, sí que vamos a recorrer la Vía Verde
de la Sierra de la Demanda –con una
pendiente media del 2%-, desde Pineda de la
Sierra a 1.170 m de altitud hasta su final, en Arlanzón, a 975 m. La Vía Verde
sigue el trayecto de un ferrocarril minero, sueño roto de Richard Preece
Williams, de Manchester, que obtuvo en 1895 la licencia para construirlo con el
objetivo de unir las minas de la Demanda con Burgos y llevar el mineral hasta
Bilbao. El ferrocarril se construyó en los últimos años del s. XIX y apenas
funcionó hasta 1904 porque no era rentable. Un intento posterior, en 1920, de
revitalizarlo también fue inútil.
Desde el bello conjunto que forma el caserío de Pineda cruzamos
el río y tomamos la Vía que baja por la
margen izquierda. Estamos en zona de sierra pero el desnivel no
es fuerte. Pronto
llegamos al embalse del Arlanzón, que cruzamos, en algún punto, por un puente
metálico y piso de tablas. Nos rodea una espléndida vegetación, todo verde.
Sobre el embalse, estrecho, hay una
ligera neblina por la mañana. Hemos bajado desde los 1.170 de Pineda hasta los
1.100 que tiene el embalse en cota de cauce. A partir de aquí el descenso es
más pronunciado y cuando llegamos al desvío a Urrez, tenemos que volver a ganar
altura para ver el pueblo.
Urrez –topónimo vasco debido a la emigración de
autrigones- es un bonito pueblo, con su casco
urbano de rasgos medievales
apiñado en un elevado otero, enmarcado en un paraje de bosques de hayas, robles
y cerezos, que invita al senderismo. Una excursión para realizar en otoño es
una circular, fácil, no ciclable, de poco más de 8 km y 2 h 30´de duración hasta el hayedo, con un desnivel de unos 300
m. Las casas, en piedra arenisca rojiza, tienen tipología del s. XIX, con
ventanas encuadradas por sillería, portadas adinteladas y ejemplos de arcos de
descarga en segundo dintel. Se conservan
el potro –estructura de madera para herrar a los animales-, la fragua, hornos,
fuentes y lavadero.
Volvemos a la vía y seguimos, ya entre campos de cultivo,
hasta Arlanzón, final de la Vía Verde, donde vemos su iglesia románica de
finales del s. XII en la que destaca el ábside y algunos
canecillos. El día
sigue algo nublado, pero menos gris y la temperatura es buena. El terreno ahora
es llano hasta Santovenia, a 997 m., y el paisaje más abierto, con zonas de
bosque pero, sobre todo, campos –de cereal todavía verde- y pastos, de verdes
más claros.
Aunque pensamos volver otro día, nos desviamos hasta San
Juan de Ortega, a 1.007 m., un santuario en plenos Montes de Oca, lugar de
asalto de bandidos. La iglesia, de la segunda mitad del s. XII, tiene un ábside
central con un ingenioso juego de columnas y, en el interior, unos espléndidos
capiteles historiados, especialmente el que reproduce el ciclo de la
Natividad,
que es protagonista del “Milagro de la luz” en los equinoccios -21 de marzo y
21 de septiembre- a las 5 de la tarde, hora solar, cuando un rayo que entra por
una pequeña ventana va iluminándolos durante unos minutos. También es muy
interesante el sepulcro de San Juan, conservado en la cripta, joya escultórica
del románico final español.
Seguimos por el Camino de Santiago, viendo bastantes peregrinos y pasando por Agés, a 1.101 m, donde vemos un gracioso
puentecillo de dos ojos, vamos a Atapuerca, a 953 m, y entramos al Museo que recoge parte de lo
encontrado en las excavaciones cercanas. A la salida se ve a lo lejos la Sierra
de la Demanda, a donde hemos de volver, destacando del llano. Volvemos
llaneando hasta Arlanzón,
donde comienza la ascensión del ancho y pedregoso
camino. El camino de gravilla devora las bicis. Paramos un momento en la planta potabilizadora del agua de Burgos y
seguimos en una zona de pinares por un camino totalmente recto. Después vienen
las curvas en el paso por un espeso robledal, para seguir por un tramo abierto,
con poco arbolado pero con pastos para las vacas que nos miran mientras pacen
tranquilas. Algunas trincheras abiertas en la roca dan paso de nuevo al embalse
del Arlanzón, de donde ya se ha ido la niebla que había esta mañana. Verdoso horizonte de árboles y montañas.
Conforme vamos ascendiendo se ve más hierba, más frescor,
más humedad. Pineda, siempre en lo alto, nos recibe tras 73 km.
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